En este pomposo y espectacular cuadro pintado por Van Loo en 1743 aparecen tres de los cinco reyes que gobernaron en la España del siglo XVIII, todos ellos pertenecen a una nueva dinastía: los Borbones, de origen francés.
LA GUERRA DE SUCESIÓN
El último rey Austria, Carlos II, murió sin herederos; en su testamento dejó el reino de España con todos sus territorios a Felipe de Francia, nieto de Luis XIV; pero esta elección no fue aceptada en gran parte de Europa: Inglaterra, Portugal, Holanda y Austria preferían al candidato Carlos de Habsburgo, que también tenía derechos al trono. Fue una guerra europea y en cierto modo también mundial, pues América fue otro foco de conflictos. En España la guerra fue civil pues Castilla apoyó a los Borbones mientras que los territorios de la Corona de Aragón estaban de parte del Habsburgo.
El Tratado de Utrecht puso fin a trece años de guerra; toda Europa reconoció al rey Borbón, Felipe V, que aceptó renunciar al trono de Francia; España tuvo que ceder a Inglaterra Gibraltar y Menorca, además de los derechos del comercio de esclavos en América; Austria se quedó los territorios que España tenía en Europa.
LOS REYES BORBONES DEL SIGLO XVIII
FELIPE V “EL ANIMOSO”
Así llamaban los españoles al nuevo rey durante la guerra. Felipe parecía un príncipe ideal, joven y dispuesto a reinar en España mirando por los intereses de los españoles; poco duraron los ánimos del rey que cayó enfermo de lo que llamaban “melancolía”.
Felipe empezó a mostrar un carácter inestable, extravagante y dependiente de sus dos esposas (al parecer era adicto al sexo, pero solo dentro del matrimonio).
Su primera esposa Maria Luisa de Saboya murió joven dejándole dos hijos: Luis y Fernando. En estos primeros años de reinado, los ministros eran franceses, enviados por Luis XIV, el rey Sol; todos ellos estaban dirigidos por una mujer, la ambiciosa e inteligente Princesa de los Ursinos. Fue ella la que buscó una nueva novia para el rey, eligió a una princesa italiana, Isabel de Farnesio, pensando en que era una chica joven, dulce e influenciable. Se equivocó: Isabel tenía un fuerte carácter y lo primero que hizo fue expulsar de España a la Princesa de los Ursinos y gobernar ella misma al rey y a España con ayuda de sus propios favoritos.
Los reyes pasaban gran parte del tiempo en su nuevo palacio en la Granja de San Ildefonso. Isabel mandó llamar al castrato Farinelli, el cantante más famoso de Europa, con la idea de paliar la locura del rey mediante la música; esto funcionó a medias: Felipe cada vez estaba peor; dormía de día y llamaba a los ministros de noche para trabajar, pasaba de la euforia a la depresión, pasando días y días sin salir de la cama. Los expertos hablan de un posible trastorno bipolar.
El reinado de Felipe V se interrumpió cuando en 1724 abdicó en su hijo Luis. LUIS I era joven y de buen carácter, pero murió en menos de un año de viruela y Felipe V volvió al trono hasta su muerte en 1746.
FERNANDO VI
Tuvo una infancia triste; su madrastra, Isabel de Farnesio, le mantuvo todo lo alejado que pudo de los asuntos de gobierno y del rey Felipe. Fernando se casó por motivos políticos con la princesa portuguesa Bárbara de Braganza. Fue un matrimonio bien avenido. El reinado de Fernando VI fue relativamente pacífico en un siglo XVIII lleno de guerras.
La muerte de Bárbara sumió a Fernando en la locura: acabó encerrado en el castillo de Villaviciosa de Odón, en Madrid; no se cambiaba de ropa, se golpeaba contra las paredes; era totalmente incapaz de gobernar. Dejó como heredero a su hermanastro Carlos.
Este cuadro de Battaglioni nos muestra una de las fiestas que el cantante Farinelli organizaba para los reyes en Aranjuez. Los barcos navegaban por el río Tajo, junto al palacio; en ellos se distribuían los músicos y el mismo cantante, acompañados por los miembros de la corte. Aranjuez fue el sitio favorito de Fernando y Bárbara, ambos eran amantes de la música, también se trajeron al compositor napolitano Scarlatti.
Ni Felipe V ni Fernando VI fueron enterrados en el Monasterio de El Escorial como el resto de los reyes españoles; Felipe quiso ser enterrado en la Granja y Fernando eligió el Monasterio de las Salesas de Madrid, que su esposa mandó construir con la idea de vivir en él si se quedaba viuda.
CARLOS III
Cuando llegó al trono de España tenía experiencia como rey, ya que había pasado 25 años gobernando Nápoles. Con él llegaron ministros y arquitectos italianos llenos de ideas.
Carlos era un hombre práctico, que se rodeó de ministros eficientes que trataron de modernizar el país; Su contemporáneo, Méndez Nuñez, nos lo describe así: no era muy alto, tenía gesto bondadoso, aunque su enorme nariz le afeaba; odiaba los aduladores, tenía fama de cumplir su palabra; su vida era rutinaria: se despertaba a las seis, rezaba, desayunaba chocolate, visitaba a sus hijos, se ocupaba de cuestiones de Estado, comía y por las tardes cazaba y cenaba siempre lo mismo. La caza era su gran pasión, él pensaba que la actividad al aire libre le protegería de la locura que había atacado a su padre y a su hermanastro.
No era muy culto, se dormía en el teatro y no le gustaba demasiado leer, pero sí se interesaba por los avances científicos de su época. Se casó con una princesa alemana, María Amalia de Sajonia, que murió al poco de llegar a Madrid, Carlos III no quiso volver a casarse.
Durante su reinado los jesuitas fueron expulsados de España y América; todo formaba parte de un plan para quitar algo de poder a la Iglesia, controlándola mucho más. Esta política fue común a todos los Borbones del siglo XVIII.
La lotería, la costumbre de poner el Belén en Navidad y la bandera rojigualda (roja y amarilla) fueron aportaciones de Carlos III, uno de los reyes mejor valorados de la Historia de España.
CARLOS IV
Como los primeros Borbones españoles, Carlos estaba dominado por su esposa, Maria Luisa de Parma. El rey tenía buen carácter, le gustaban los relojes y la carpintería, además de la caza; ésas eran sus pasiones y no gobernar. Los reyes se apoyaron en su primer ministro, Manuel Godoy, un hombre joven y ambicioso, que no pertenecía a la alta nobleza. Godoy tenía muchos enemigos, entre ellos el príncipe heredero, Fernando; además de gran parte de la nobleza. Los enfrentamientos entre el príncipe y sus padres terminaron con Napoleón controlando España y colocando a su hermano, José Bonaparte, como rey de España.
La imagen que tenemos de este rey se la debemos sobre todo al gran pintor Francisco de Goya, que fue todo un cronista de su época.
¿QUÉ CAMBIÓ EN ESPAÑA CON LOS BORBONES? LA ESPAÑA DE LA ILUSTRACIÓN
Desde Felipe V, los Borbones impusieron un sistema de gobierno más centralizado que los Austrias: Los Decretos de Nueva Planta acabaron con los fueros del antiguo reino de Aragón; solamente el País Vasco y Navarra pudieron conservar los suyos por haber estado de parte de Felipe V durante la Guerra de Sucesión.
Varios ministros intentaron aplicar un sistema de impuestos más justo e igualitario: el catastro; con esta idea el ministro de Fernando VI, el Marqués de la Ensenada, mandó hacer un censo de población; era la manera de obtener la información social y económica necesaria para poder llevar a cabo su proyecto. No funcionó pero, gracias al censo, los historiadores tienen hoy bastante información sobre la sociedad de la época.
El espíritu de la Ilustración influyó en muchos ministros del siglo XVIII como Campomanes, Olavide o Jovellanos. Todos ellos trataron de reformar la economía y mejorarla, para ello se crearon las llamadas Sociedades Económicas que promovían la educación y mejoras en la agricultura y la industria. Se crearon academias, museos, galerías científicas, jardines botánicos; todo para educar sobre todo a las clases altas, pues las bajas no tenían tiempo para estas cosas. Las obras de autores como el Padre Feijoo o Leandro Fernández de Moratín tienen ese espíritu didáctico tan característico de la Ilustración.
Las Fábricas reales fueron impulsadas por todos los Borbones del siglo XVIII para promover la industria nacional, pero en general fueron un fracaso económico. Algunas se han mantenido hasta nuestros días como la Fábrica de Tapices de Madrid y la de Vidrio de la Granja, en Segovia.
No todas las reformas modernizadoras fueron bienvenidas por el pueblo, hubo más de un motín, como el famoso Motín de Esquilache, que tuvo en realidad como fondo la subida del precio del pan, la falta de trabajo y las malas condiciones en las que vivían las clases bajas. El motín terminó con Carlos III cediendo y expulsando a su ministro, el Marqués de Esquilache, que tuvo que volver a Italia.
ESPAÑA EN EL MUNDO
Las guerras no terminaron con las Borbones, Isabel de Farnesio, la ambiciosa esposa de Felipe V, estaba empeñada en conseguir tronos para sus hijos; para ello no dudó a meter a España en varias guerras europeas; al final se salió con la suya: su hijo mayor Carlos fue rey de Nápoles y Felipe, duque de Parma.
También estaba América, y esto siempre fue un punto de conflicto entre España y las nuevas potencias Francia e Inglaterra, que competían por controlar el comercio americano. Las guerras entre Inglaterra y España fueron constantes durante todo el siglo; hubo de todo, algunas victorias como la de Cartagena de Indias en 1741, pero también derrotas. Todos los reyes y ministros se esforzaron por tener una buena Marina, y se estimuló la producción de barcos, sobre todo en tiempos de Carlos III. Para muchos historiadores el gran gasto en guerras fue en realidad un problema para la economía española, pues no se invirtió en productos industriales ni en mejorar la agricultura o crear riquezas.
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ALGUNAS PALABRAS Y EXPRESIONES
Pomposo es algo que llama la atención porque es muy llamativo, lujoso, exagerado.
El candidato es la persona que aspira a conseguir un título, cargo político…
La dinastía es la serie de reyes de la misma familia.
Ceder es dar o dejar voluntariamente algo a otros.
Paliar es aliviar, suavizar los efectos de una enfermedad o un disgusto.
La madrastra es la esposa de mi padre; un hermanastro o hermanastra es un medio hermano.
Un matrimonio bien avenido es que los dos se llevan bien, están conformes… lo contrario es mal avenido.
Afear, es que hace feo
Los aduladores son personas que adulan, es decir que hablan o hacen algo para agradar y conseguir así algo de otra persona.
La rutina es la costumbre, las cosas que hacemos frecuentemente, casi de manera automática.
El censo es una lista de los habitantes de un lugar, normalmente incluye informaciones como la ocupación o la situación económica
Un motín es una rebelión contra una autoridad, utilizando la violencia.
Estar empeñado en algo es mantener una idea con firmeza, a pesar de los problemas u obstáculos.