El siglo XIX en España, como en el resto de Europa, es un siglo de cambios y novedades que sentaron las bases de la sociedad actual. Guerras, revoluciones, persecuciones políticas y ejecuciones fueron parte del precio que hubo que pagar para llegar a un nuevo sistema que poco a poco transformó la vida de los españoles.
FERNANDO VII “EL DESEADO”
El siglo comenzó con la Guerra de Independencia contra las tropas francesas de Napoleón, inmortalizada por Francisco de Goya. España quedó destrozada y dividida entre los que querían volver al Antiguo Régimen y los que defendían un nuevo país más moderno, de acuerdo con las ideas liberales que expresaba la Constitución de 1812, redactada en las Cortes de Cádiz.
Todos esperaban la vuelta del rey Fernando con ilusión, de ahí que le llamaran “el deseado”; pero poco duró la alegría en el bando liberal, pues en cuanto pudo el monarca anuló la Constitución y persiguió a los liberales; muchos de ellos fueron ejecutados o encarcelados, los que tuvieron mas suerte marcharon al exilio. Dejó claro el rey que la suya era una monarquía absoluta y que no quería saber nada de las nuevas ideas modernas.
ABSOLUTISTAS Y LIBERALES
Los liberales, en la clandestinidad, comenzaron a conspirar para lograr hacerse con el poder, algunas de estas conspiraciones acabaron en «pronunciamiento» (golpe militar que tiene como objeto cambiar el gobierno o realizar reformas políticas). La mayoría de los pronunciamientos fracasaron y sus organizadores acabaron en la cárcel o en la horca, sin embargo otros sí triunfaron como fue el caso del de Rafael de Riego. Fernando no tuvo más remedio que aceptar un gobierno liberal entre 1821 y 1823, el Trienio Liberal. La cosa terminó mal para los liberales cuando el rey pidió ayuda a los franceses (los 100000 Hijos de San Luis) para volver a su régimen absoluto. Rafael de Riego fue ejecutado en la Plaza de la Cebada de Madrid.
El cuadro de Antonio Gisbert “Fusilamiento del general Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga” , en el Museo del Prado, es un símbolo de la España del siglo XIX. El pintor, de ideología liberal, representó el final de uno de estos pronunciamientos fracasados; en este caso los liberales encabezados por Torrijos, pertenecientes a todas las clases sociales, fueron ejecutados por el ejército del rey y con ayuda de la Iglesia, representada por los monjes que vendan los ojos de las víctimas. Como auténticos mártires, los liberales muestran un gesto digno ante la muerte.
LOS ÚLTIMOS AÑOS DE FERNANDO VII
En los últimos años Fernando cambió un poco su actitud, haciendo alguna concesión a los liberales como fue la anulación definitiva de la Inquisición; a cambio creó la Policía (origen de la actual Policía Nacional). Los absolutistas más radicales reaccionaron buscando el apoyo de Carlos, hermano del rey y conspirando para colocarle en el trono.
La creación de la Bolsa, los primeros Consejos de Ministros o de un presupuesto anual fueron tres de las innovaciones del gobierno de Fernando VII.
Fernando VII se casó cuatro veces, sus tres primeras esposas murieron jóvenes sin dejar hijos, con la cuarta, su sobrina María Cristina de Nápoles, tuvo dos hijas: Isabel y Luisa Fernanda.
LAS GUERRAS CARLISTAS
A la muerte de Fernando en 1833 los seguidores de Carlos (carlistas) no reconocieron como reina a la niña de tres años Isabel, ni a su madre Maria Cristina como Regente, ésta tuvo que apoyarse en los liberales para asegurar el trono a su hija.
Los enfrentamientos entre carlistas y liberales duraron todo el siglo. A los primeros se añadieron gran parte de la alta nobleza, parte de la iglesia, sobre todo en las zonas rurales y los campesinos vascos, navarros, aragoneses y catalanes, que luchaban por sus fueros o leyes especiales.
La primera guerra carlista terminó en 1839 con el llamado “abrazo de Vergara” entre el General Espartero por los liberales y el General carlista Maroto en este precioso pueblo de la provincia de Guipuzcoa, en el País Vasco. Muchos carlistas no aceptaron la derrota con lo que las guerras continuaron de manera intermitente durante todo el siglo. Los pueblos del Maestrazgo fueron zona carlista casi todo el siglo.
ISABEL II
La mayoría de los historiadores están de acuerdo en que la educación de la futura reina no fue la mejor, le faltaba formación política para afrontar los nuevos tiempos. No fue fácil su vida, su madre, Maria Cristina se volvió a casar en secreto con un militar, Fernando Muñoz, con el que tuvo otros hijos; los dos se vieron envueltos en todo tipo de chanchullos y acabaron en el exilio, dejando a Isabel y su hermana solas.
Con 16 años la casaron con su primo, Francisco de Asís, que era homosexual. El matrimonio fue un auténtico desastre e Isabel buscó consuelo en un gran número de amantes. Su vida amorosa era la comidilla de todo el país; los escándalos la hicieron cada vez más impopular.
LOS ESPADONES
Isabel gobernó dentro de una Monarquía Constitucional. Compartía el poder con las Cortes, controladas por los liberales; estos se dividieron en moderados y radicales.
En torno a estas dos ideologías fueron surgiendo una especie de partidos políticos liderados sobre todo por militares. Casi todos los presidentes españoles del periodo isabelino fueron generales que llegaron al poder mediante pronunciamientos: Baldomero Espartero, Nárvaez, O’Donnell o Serrano, de ahí que se les conozca como «los Espadones». Fueron años complicados en los que los gobiernos duraban más bien poco, al igual que las diferentes constituciones que se redactaron en estos años.
NOVEDADES DE LA ÉPOCA DE ISABEL II
Algunas novedades introducidas en el periodo isabelino fueron la división de España en provincias, la creación de la Guardia Civil para mantener el orden en las zonas rurales, o la bandera rojigualda (roja y amarilla) como oficial desde 1843. La peseta se convirtió en moneda oficial, hasta 1999, cuando fue sustituida por el euro.
El Congreso de los Diputados en Madrid se construyó en 1850, desde entonces aquí tienen lugar las reuniones del Congreso de los diputados. En la puerta dos grandes leones vigilan la entrada a este edificio, fueron esculpidos por Ponciano Ponzano, uno de los mejores escultores del siglo XIX, representan a dos héroes de la Guerra de la Independencia, Daoiz y Velarde.https://www.congreso.es/web/guest
El Marqués de Salamanca fue una de las personalidades más representativas del periodo isabelino; era un auténtico aventurero financiero; tan pronto hacía grandes fortunas invirtiendo en bolsa o en el ferrocarril, como lo perdía todo por un cambio de gobierno desfavorable para él. Se vio envuelto en más de un escándalo de corrupción, pero dejó un buen legado en Madrid: el elegante Barrio de Salamanca, proyectado por él, en el que estaba su palacio principal, hoy en manos del banco BBV.
La costumbre de veranear en algún lugar de playa o montaña la introdujo en España la reina Isabel II, que puso de moda el pasar los meses más calurosos del año en el norte de España, buscando temperaturas más agradables. San Sebastián y Santander compitieron por atraer a la realeza. Precisamente una de causas de la Revolución Gloriosa fue la mala imagen que dio la reina cuando se dio una terrible epidemia de cólera en 1865 y ella siguió con su veraneo en San Sebastián.
LA «REVOLUCIÓN GLORIOSA»
La impopularidad de la reina, sus escándalos y la posición de los liberales más radicales obligaron a Isabel a marchar al exilio desde Lequeitio, en el País Vasco, donde estaba veraneando. Fue una revolución sin muertos (por eso se llama la «Gloriosa»,) que dio paso a seis años de experimentos democráticos: Un rey Italiano, Amadeo de Saboya, ocupó el trono un par de años, hasta que harto de todo, dimitió y salió corriendo; se proclamó entonces la I República que ni siquiera duró un año completo.
LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA
Las grandes fortunas decidieron que ya estaba bien de tanto experimento, para poder seguir con sus negocios necesitaban cierta estabilidad. El General Martínez Campos, con un nuevo pronunciamiento, pidió la vuelta de los Borbones. Tuvo el apoyo de gran parte de la sociedad que admitió la vuelta del hijo de Isabel, Alfonso XII.
Antonio Cánovas del Castillo, historiador de ideas conservadores y sobre todo, un hombre práctico, creo un nuevo sistema político: el rey Alfonso XII gobernaría junto a las Cortes. Dos partidos políticos se iban a turnar en el poder: los liberales progresistas, liderados por Práxedes Mateo Sagasta y los conservadores guiados por él mismo. Los dos políticos tenían ideas diferentes, pero pactaron para gobernar uno u otro según las circunstancias. Había elecciones, pero siempre estaban manipuladas, con lo que no se puede hablar todavía de democracia. Este sistema impuesto en 1874 duró hasta 1921.
ENTRE ROMÁNTICOS Y REALISTAS
El reinado de Isabel II coincide con el Romanticismo, un ideal que los liberales exiliados trajeron a España desde Francia o Inglaterra. La búsqueda de la identidad en los orígenes y tradiciones fueron la base de los nacionalismos que surgen en estos años. Los autores románticos como Gustavo Adolfo Bécquer cuentan leyendas llenas de espíritus, naturaleza salvaje o damas misteriosas; José de Espronceda, Zorrilla con su Don Juan Tenorio o Mariano José de Larra son otros magníficos escritores románticos.
En la segunda mitad del siglo España sigue las tendencias europeas también en literatura, ahora son los escritores realistas los que analizan y novelan la sociedad de su tiempo como Emilia Pardo Bazán, Leopoldo “Alas” Clarín o el gran Benito Pérez Galdós.
Muchos de estos escritores trabajaron para la prensa que tiene en esta época uno de sus mejores momentos. Se editaban todo tipo de periódicos y revistas; cada grupo ideológico tenía sus propias publicaciones. Las noticias se comentaban en tertulias en cafés y tabernas, algunas de ellas han llegado a nuestros días como el Café Gijón de Madrid, el Iruña de Pamplona, o Els Quatre Gats en Barcelona.
LA MODERNIDAD
Al final del siglo las ciudades españolas comenzaron a instalar los primeros teléfonos, luz eléctrica, ascensores y otros inventos que hoy son cotidianos.
La estabilidad política trajo un auge económico que tuvo luces y sombras. La Revolución Industrial comenzó a cambiar a la sociedad. Aunque la mayoría de la población seguía trabajando en el campo, las minas en el norte de España o la industria textil catalana fueron nuevas fuentes de trabajo. Muchos campesinos se mudaron a las grandes ciudades en busca de una mejora de vida.
Estos obreros vivían en condiciones miserables en barrios insalubres donde surgían todo tipo de epidemias como el cólera. El trabajo infantil era habitual pues con un sueldo un obrero no podía mantener una familia. Aparecieron en este momento nuevos movimientos y partidos políticos que luchaban por mejorar las condiciones de vida del proletariado como los socialistas y los anarquistas: también surgieron los partidos nacionalistas de Cataluña, el País Vasco o Galicia.
La corrala es la típica vivienda proletaria de las ciudades del XIX, familias numerosas vivían en espacios diminutos, sin agua corriente ni calefacción. No es extraño que las epidemias se propagaran con rapidez en estos lugares.
El Arco de la Imagen pertenece a la Exposición Universal de 1888 en el Parque de la Ciudadela en Barcelona. El genial escritor Eduardo Mendoza contó, en forma de novela, la historia de la ciudad entre las dos Exposiciones Universales de 1888 y 1929 en su obra «La ciudad de los prodigios».
EL FINAL DEL SIGLO XIX
El XIX comenzó con la Guerra de la Independencia, siguió con las Guerras Carlistas y terminó con la Guerra de Cuba, que fue el fin de lo que quedaba del Imperio Español. España perdió Cuba y Filipinas.
ALGUNAS PALABRAS Y EXPRESIONES
Sentar las bases es crear las condiciones favorables para luego desarrollar un proyecto o hacer algo
El Antiguo Régimen es el sistema político y social que funcionó hasta el siglo XIX: un rey absoluto con todos los poderes apoyado por las clases sociales dominantes: la aristocracia y la Iglesia.
Vivir a actuar en la clandestinidad es hacerlo en secreto, oculto, de manera discreta por estar perseguido.
La horca es una instalación de madera con una cuerda de la que se colgaban y así ahorcaban a los presos condenados a muerte.
El Consejo de Ministros es la reunión con el presidente, vicepresidentes y ministros de un país para tratar de temas de gobierno.
Afrontar una situación es hacer frente a una situación, un peligro, algo complicado y no huir de ella.
Un chanchullo es un negocio dudoso, ilegal; es una palabra coloquial.
Estar harto de algo, es estar cansado de una situación
Dimitir es dejar, renunciar a un cargo o una responsabilidad.
Insalubre es insano que va contra la salud.