El Camino de Santiago, con mas de mil años de historia, fue una de las principales vías de peregrinación del mundo cristiano. El autor alemán Goethe escribió: “Europa se hizo peregrinando”. En cierta manera tenía razón, pues con los viajeros iban y venían ideas, costumbres y estilos artísticos que formaron la Historia del contienente.
SANTIAGO EN ESPAÑA
Después de la muerte de Jesucristo, sus Apóstoles comenzaron a predicar la nueva religión por todo el imperio romano. Según la tradición, el encargado de hacerlo en la entonces Hispania fue Santiago, hermano de Juan el Evangelista. No parece que en un principio le fueran las cosas muy bien, pues la leyenda nos cuenta que en algún momento tuvo que esconderse para no ser apedreado.
Estando en Cesaragusta, la actual Zaragoza, recibió Santiago la visita de la Virgen, que se le apareció sobre un pilar. Ella le pidió que levantase una iglesia en el lugar y se marchó dejando el pilar, que hoy es objeto de veneración. Con el tiempo Santiago se convirtió en patrón de España y ella, (la Pilarica la llaman), en la patrona.
La mayoría de los Apóstoles murieron en el martirio, también Santiago cuando volvió a Jerusalén en el 44 d.C.; sus discípulos decidieron llevar su cuerpo a la tierra en la que había predicado, así que lo subieron en una barca y se dirigieron a Galicia. Llegaron a Iria Flavia, donde enterraron el cuerpo, que permaneció durante siglos escondido.
EL DESCUBRIMIENTO DE LA TUMBA DE SANTIAGO
En el siglo IX un eremita llamado Pelayo descubrió unas sospechosas y misteriosas luces, avisó inmediatamente al obispo de la diócesis, Teodomiro, que, sin perder tiempo, se dirigió al lugar del prodigio. Así descubrieron la buscada tumba de Santiago en ese paraje llamado “campo de las estrellas” (campus stellae); del que, dicen, viene la palabra Compostela.
Alfonso II el Casto, rey de Asturias, aprovechó este descubrimiento e hizo construir una iglesia para la sagrada tumba. Él se dio cuenta del potencial de una vía de peregrinación, pues era una manera de afianzar el poder de los reyes y la Iglesia del Reino de Asturias frente a la de Toledo, que había quedado en territorio musulmán. Los reyes asturianos se proclamaron herederos del viejo Reino Visigodo de Toledo.
LOS CAMINOS DE SANTIAGO
No hay un solo Camino de Santiago; desde toda Europa son varios los caminos que llegan a la tumba del Apóstol, también desde los diferentes puntos de España; pero el más conocido y popular es el llamado “Camino francés”, que coincide en gran parte con una antigua vía romana, la Aquitania.
La caída del Califato de Córdoba y la disgregación del mundo musulmán en los Reinos de Taifas a comienzos del siglo XI, aseguró las fronteras, lo que aumentó el número de peregrinos. Los siglos XI y XII fueron un “boom” del Camino; eran varios los motivos por los que la gente se lanzaba a peregrinar: unos querían pedir algo al santo (curación de una enfermedad…), o cumplir una promesa; otros querían salvar su alma y realizar para ello un viaje espiritual; también estaban los que iban a robar y aprovecharse de los peregrinos.
No era fácil llegar a Santiago, los peligros eran muchos: enfermedades, robos, estafas de posaderos desaprensivos, ataques de animales salvajes, y… además, había que regresar, con lo que el viaje era largo y a veces penoso. No todos regresaban sanos y salvos a sus casas, fueron muchos los que se quedaron por el camino.
Los hospitales eran un refugio para enfermos y peregrinos. Ofrecían alojamiento, cuidados y comida; eran en general pequeños y se distribuían por todo el Camino. Muchos desparecieron con el tiempo; del Hospital de Navarrete se conserva su portada que hoy es la entrada del cementerio municipal. En sus capiteles se pueden ver algunas imágenes de la vida cotidiana de la época, como los peregrinos haciendo una pausa para tomar un tentempié.
LAS INFRAESTRUCTURAS DEL CAMINO DE SANTIAGO
Por suerte, también tenían ayuda para hacerlo más llevadero: iglesias, monasterios, hospederías u hospitales servían para alojar a los caminantes y también para darles comida y curar sus enfermedades. En estos siglos era el Románico el estilo constructivo más característico. Además de peregrinos, transitaban por el camino maestros de obras y albañiles. Ellos formaban grupos de trabajo que iban de un lado a otro realizando los encargos que reyes, monjes o nobles les pedían. Aportaban a la obra las novedades constructivas que aprendían en sus viajes.
Hombres piadosos como Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega pasaron su vida prestando su ayuda a los peregrinos, construyeron puentes, pusieron señales de orientación o quitaron vegetación para facilitar el tránsito.
Los reyes ayudaron creando leyes con privilegios a los peregrinos y castigos a aquéllos que se aprovecharan de ellos.
Los monasterios fueron fundamentales en la creación del Camino, especialmente los controlados por la orden francesa de Cluny. Los monjes se encargaban de dar alojamiento y comida a los peregrinos. Leyre, en Navarra, es uno de los más antiguos. Su cripta del siglo XI nos transporta a los primeros tiempos del Camino.
A lo largo del Camino nos encontramos todavía con muchos ejemplos del Románico, ese estilo que triunfó entre los siglos XI Y XII; es el caso de la portada de la Iglesia de Santa María en Sangüesa, Navarra, con un interesantísimo Juicio Final y la Iglesia de San Martín de Frómista, en Palencia, considerada como uno de los mejores ejemplos del Románico del Camino.
Santo Domingo de la Calzada es una ciudad-camino. El Camino coincide con su calle principal en la que se situaban todos los negocios, posadas y otros edificios necesarios para los peregrinos. Si la ciudad se ampliaba lo hacía creando calles paralelas a esa Calle Mayor. La catedral de Santo Domingo guarda la tumba del santo milagroso, llamado «de la Calzada» por su trabajo constructivo de vías o calzadas.
EL CÓDICE CALIXTINO
Este manuscrito del siglo XII nos aporta muchísima información sobre el Camino y su época. Se trata en realidad de una compilación de varios documentos divididos en varios libros patrocinados por el papa Calixto II, pero escritos o recopilados probablemente por un francés, Aymerich Picaud. El Códice está formado por textos que incluyen milagros del santo, composiciones musicales o leyendas; pero es el quinto libro el más famoso por ser una especie de guía turística en la que da descripciones e información práctica sobre los lugares, advirtiendo de los peligros. Podemos decir que en general al autor no le gustaban nada los españoles, echa pestes de todos: navarros, gallegos, castellanos… dice que son salvajes, malos y cosas peores.
El Códice fue robado en el año 2011 de la Catedral de Santiago; se armó un gran escándalo; la investigación fue apasionante. Al final dieron con el culpable y recuperaron el manuscrito.
LOS PEREGRINOS
Los peregrinos modernos lo tienen mucho más fácil. Una vez que hemos decidido peregrinar nos ponemos a buscar en internet toda la información sobre albergues, distancias y el resto de información práctica. Nos equipamos con mochila, buen calzado, gorra, crema solar y todo lo necesario para llevar a cabo la empresa. Con todo, no deja de ser una aventura hacerlo completo.
Muy diferentes eran las cosas en la Edad Media. Normalmente se peregrinaba en grupo y la única información disponible era la que daban otros peregrinos o los monasterios, especialmente los de la orden de Cluny.
Los peregrinos llevaban siempre un bordón o bastón, para apoyarse y ahuyentar fieras u otros peligros; una calabaza para llevar agua o vino, un zurrón para el alimento, sombrero y capa para protegerse del sol y la lluvia y un buen calzado.
La vieira o concha que nos guía y vemos por todas partes en el Camino. Es un símbolo que quizás procede de uno de los milagros de Santiago que cuenta cómo salvó a un caballero de morir ahogado. El hombre salió del mar lleno de conchas. Pero ésta es también un símbolo de la fertilidad desde la antigüedad, del nacimiento espiritual. No es extraño que los católicos bauticen a los niños con agua contenida en una vieira; los peregrinos que llegan a Santiago han hecho un viaje que les lleva a un renacimiento espiritual, sus pecados son perdonados y pueden empezar una nueva vida.
LA HISTORIA DEL CAMINO
Tras el éxito del Camino de Santiago entre los siglos XI y XIII, en el siglo XIV sufrió un importante retroceso a causa de las guerras y las epidemias, como la peste, que hacían todavía más peligrosa y complicada la peregrinación. Tampoco ayudó la Reforma Protestante en el siglo XVI, la mitad de los cristianos de Europa se hicieron protestantes y para ellos todo esto dejó de tener sentido. Además, los restos del Santo fueron escondidos para evitar ser objeto de saqueo de los piratas y durante un tiempo se perdieron. Los peregrinos, que después de tantas fatigas llegaban a la meta, se quejaban de que no se podían ver las reliquias.
En el siglo XIX sufrió un nuevo impulso, encontraron los perdidos restos de Santiago con lo que los peregrinos se animaron a volver. Durante a dictadura de Franco, Santiago cobró aún más importancia; pero fue ya en Democracia, a partir de los años 90, cuando se convirtió el Camino en lo que es hoy. Manuel Fraga, el presidente de la Comunidad Autónoma, aprovechó un año Jacobeo para promover la importancia de esta vieja vía de peregrinación: se construyeron albergues y otras infraestructuras y se señalizaron los caminos.
Actualmente es una de las rutas más frecuentadas de España. Llegan peregrinos de todo el mundo, cada uno con sus propios objetivos, unas veces espirituales otras más mundanos pero casi todos concuerdan en que hacerlo es toda una experiencia.
SANTIAGO DE COMPOSTELA
La meta, el final del viaje, es la bellísima ciudad de Santiago. Alegra, después del cansancio y las fatigas del largo viaje, verla desde el Monte del Gozo, y más aún llegar a sus calles y entrar en su Catedral, recibidos por el mismo Apóstol Santiago en el Pórtico de la Gloria. Es el colofón de la gran aventura que era y es hacer el Camino de Santiago.
ALGUNAS PALABRAS Y EXPRESIONES
Predicar es extender una doctrina religiosa o unos ideales haciéndolo en público.
El potencial es la fuerza, poder o capacidad para lograr un objetivo.
El paraje es un paisaje, un lugar al aire libre, muchas veces aislado.
El posadero es el que lleva una posada, las posadas eran el equivalente a un hostal con servicio de comidas, donde los viajeros podían pasar la noche.
Desaprensivo, sin escrúpulos. Una persona desaprensiva no tiene problemas en causar daño a los demás, en beneficio propio.
Penoso es que produce tristeza, pero también una actividad penosa es algo que requiere mucho esfuerzo y trabajo. La palabra la usamos en el lenguaje coloquial para expresar que algo es patético, muy malo, por ejemplo: Sus palabras fueron penosas, no convenció a nadie.
Un tentempié es una pequeña cantidad de comida que se toma entre horas para aguantar el hambre antes de una comida principal para «tenerte en pie» y no «morir de hambre».
Hacer algo más llevadero es hacerlo más fácil o soportable.
Transitar es pasar por una vía o un camino
Echar pestes de algo o alguien es hablar mal, criticar usando palabras fuertes.
Dar con algo es descubrir o encontrar algo. Ej: Fue complicado pero, por fin, dimos con la solución.
El colofón es el momento final de una acción, un tema…