Desde el siglo XIX arqueólogos e historiadores han buscado una mítica y rica ciudad, llamada Tartesos, de la que hablaban los clásicos griegos y romanos; pero ¿existió realmente esta ciudad?, ¿qué es en realidad Tartesos?. Teorías no faltan: algunos creen que Tartesos se corresponde con la Atlántida, el continente perdido del que habla Platón en sus Diálogos; otros, mejor documentados, piensan que se trata de una cultura. Es mucho lo que falta por descubrir; y ya sabemos que lo desconocido es siempre misterioso…
¿QUÉ ES TARTESOS?
Autores clásicos como el griego Heródoto y el romano Avieno nos hablan de un reino mítico, más allá de las Columnas de Hércules. A él llegaron por casualidad los griegos hacia el siglo VII a.C. y se encontraron con el magnífico recibimiento del riquísimo rey Argantonio, que los contrató para construir una imponente muralla en su reino de Tartesos.
Durante mucho tiempo se creyó que Tartesos no era mas que uno de esos cuentos y leyendas que los antiguos griegos se inventaban para explicar el mundo.
Todo cambió en el siglo XIX cuando el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann encontró la legendaria ciudad de Troya, siguiendo al pie de la letra los textos de La Iliada de Homero.
¿DÓNDE ESTÁ TARTESOS?
El ejemplo de Schliemann fue seguido por muchos aventureros y entusiastas de la arqueología como Adolf Schulten, que cogió la Ora Marítima de Avieno y se dispuso a buscar la mítica Tartesos en el Coto de Doñana a comienzos del siglo XX, junto con otro apasionado del tema, Jorge Bonsor. No encontraron nada de lo que buscaban, una ciudad magnífica llena de riquezas; pero poco a poco ellos y otros arqueólogos fueron hallando restos que empezaron a dar información de una cultura hasta entonces casi desconocida.
EL TESORO DEL CARAMBOLO
En el mundo de la Arqueología nunca nadie puede decir la última palabra; siempre habrá nuevos descubrimientos que consigan cambiar o ampliar lo que sabemos hasta el momento. En 1958, cerca de Sevilla, en el Cerro del Carambolo, apareció un magnífico tesoro de piezas de oro, que hizo pensar a los estudiosos que quizás, después de todo, sí existió Tartesos y animó a otros arqueólogos a continuar con la búsqueda.
Hasta el momento la mítica ciudad no ha aparecido; algunos creen que puede estar bajo las grandes ciudades de Sevilla, Cádiz o Huelva; otros que puede ser Asta Regia o Coria del Río; es decir, que son varias las candidatas, aunque de momento no hay ninguna prueba definitiva que nos incline por una de ellas. Sin embargó, la búsqueda de la ciudad ha llevado al descubrimiento de hallazgos que poco a poco nos dan más información de lo que fue Tartesos en realidad.
Este mapa del Museo Arqueológico de Sevilla nos muestra el territorio tartesio hacia el siglo VI a.C. En el museo podemos ver una copia del famoso Tesoro del Carambolo (hay otra en el Museo Arqueológico de Madrid), así como muchas otras piezas encontradas en la zona. El original está guardado a buen recaudo y se expone en ocasiones especiales. No se descarta que cuando el museo vuelva a abrir sus puertas, pues ahora está en remodelación, el tesoro original se exponga allí de manera permanente.
MINAS DE RIOTINTO
Las famosas Minas de Ríotinto comenzaron a explotarse en tiempos de Tartesos. Están muy relacionadas con la riqueza de la que hablaban griegos y romanos, gracias a ellas Tartesos entró en todas las rutas comerciales por el Mediterráneo y el Atlántico. De ellas se han extraído a lo largo de la historia grandes cantidades de minerales, especialmente cobre, plata y hierro ( no olvidemos que estamos ya en la llamada Edad del Hierro).
Cádiz, la antigua Gadir, es la ciudad más antigua de España. Aunque hay indicios de su existencia desde el siglo XI a.C., tenemos documentación segura desde el siglo VIII a.C., momento en el que era una ciudad fenicia. Su situación geográfica, el estar volcada al mar, ha marcado siempre su historia. ¿Es Cádiz la vieja Tartesos?
El Yacimiento fenicio de Cádiz, bajo el Teatro del Títere “La Tía Norica”, es un buen lugar para hacernos una idea de la vida de fenicios y romanos en la ciudad. Se puede ver el trazado de algunas casas fenicias con sus cocinas, e ¡incluso los restos de un gato que vivió en la ciudad hace unos 2500 años!.
El Museo de Cádiz también tiene interesantes piezas de origen fenicio.
¿QUÉ SABEMOS DE TARTESOS HOY?
Actualmente la mayoría de los investigadores creen que Tartesos no era una ciudad sino una cultura que resultó de mezclar a los pueblos autóctonos, herederos de las culturas del Bronce, con los griegos y fenicios que llegaban a la península ibérica a comerciar con ellos ya desde el siglo IX a.C.
Entre los siglos VII y VI a.C., época de apogeo de Tartesos, su centro estaba entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, una zona rica en minas y muy fértil, bañada por el río Guadalquivir.
El Palacio-santuario de Cancho Roano puede visitarse en la comarca de La Serena, en Badajoz. En la parte más antigua, del siglo VI a.C. se conserva lo que probablemente es un altar de sacrificios, común en estos edificios. Cancho Roano fue remodelado y ampliado en varios momentos de su historia hasta ser destruido y abandonado en el siglo IV a.C.
EL FINAL DE TARTESOS
En algún momento del siglo VI a.C. algo ocurrió; la cultura tartesia comenzó a hundirse, aunque se prolongó durante algún tiempo mas en tierras de Portugal y la actual Extremadura, junto al río Guadiana, donde han aparecido misteriosos y fascinantes monumentos como Cancho Roano o el Turuñuelo de Guareña.
El edificio de Cancho Roano es uno de los mejores conservados de Tartesos. Está en la provincia de Badajoz, y funcionó entre los siglos VI y IV a.C. Era probablemente un santuario; los santuarios no eran solo lugares religiosos, de culto, sino que también eran importantes centros económicos, dedicados a la agricultura o a la ganadería.
Tanto Cancho Roano como Turuñuelo fueron quemados, cerrados y abandonados, tras haber realizado un banquete ritual del que han llegado restos de cerámicas de lujo y numerosos esqueletos de animales valiosos para los tartesios como el caballo. ¿Qué pasó?, ¿Por qué destruyeron estos palacio-santuarios intencionadamente?. Quizás llegaremos a saberlo en no mucho tiempo, pues las excavaciones de Turuñuelo prometen muchas sorpresas, que pueden aportarnos mas información sobre Tartesos.
LAS ENIGMÁTICAS “ESTELAS DEL SUROESTE Y TARTESOS”
Las llamadas “estelas del Suroeste” o “estelas del guerrero”, encontradas desde la Edad del Bronce en el suroeste de España y Portugal, se han asociado a Tartesos. Serían una prueba de que esta cultura es la heredera de los antepasados que construyeron los Megalitos; es decir que tiene raíces autóctonas, a las que con el tiempo se añadieron las influencias orientales.
Son misteriosas porque desconocemos casi todo sobre ellas. Las llaman estelas del guerrero porque en la mayoría aparecen grabadas armas como escudos, lanzas o espadas. En algunas incluso aparece la imagen del guerrero. En otras acompañan a las armas objetos como peines o espejos. Lo que para algunos especialistas se puede interpretar como la idea de estar presentable para ir al Más Allá. Se cree que pueden tratarse de lápidas de tumbas.
Los museos extremeños de Cáceres y Badajoz poseen buenas colecciones de estelas de guerrero; también el Museo Arqueológico de Madrid.
ALGUNAS PALABRAS Y EXPRESIONES
Autóctono es que ha nacido en el lugar en el que vive, que no viene del exterior.
Seguir al pie de la letra es seguir enteramente, paso a paso y sin cambiar nada unas instrucciones, una receta, un manual…
Algo guardado a buen recaudo es que está muy bien guardado, con mucha seguridad para su conservación…
Estar en su apogeo es estar en el mejor momento, de riqueza, salud…
Estar presentable es estar lo suficientemente arreglado para mostrarse al público.
El Mas Allá es la otra vida, la que hay después de la muerte.